Timón, la suricata
Había una vez en la Sabana cerca del bosque de Hakuna Matata...
Una suricata llamada Timón con una divertida sonrisa, aunque a veces se sentía un poco gruñón. Tenía un amigo que se llamaba Pumba y juntos cada mañana temprano salían a recorrer el bosque en busca de ricas fresas para desayunar.
...Y de pronto una mañana, Pumba se levantó con una sensación de ganas de comer, su panza hacia un ruidito de crujido entonces decidió ir solo al bosque de Hakuna Matata en busca de las fresas moradas.
Timón que aún estaba en su casa, al despertar decidió ir a buscar a su amigo, y cuando llegó a la madriguera se dio cuenta que Pumba no estaba. Tal vez se había ido solo al bosque en busca de las frutas silvestres, entonces Timón se sintió un poco enojado con Pumba, a veces él también tenía hambre sin embargo buscaba a su amigo para desayunar.
Y Timón pensó: No hablaré con Pumba hasta que me diga algo.
Y mientras caminaba hacia Hakuna Matata decidió recorrer un camino diferente, se aventuró a ir a buscar frutas a otro bosque. Mientras caminaba de vez en cuando se limpiaba las gotas que le caían de sus ojos, su amigo no estaba con él jugando.
Entonces cuando recorría el sendero hacia el río, encontró a Simba que leía una frase que decía: "Un zapato que sea para ti, puede que no sea para otro".
Mientras Timón caminaba hacia la cascada del río, y al ver los árboles frutales cerca, decidió sentarse a comer las ricas fresas moradas, y a pensar en cómo era Pumba y cómo a él le gustaría que su amigo fuese. Al caer el sol por la tarde, era momento de regresar a casa, al bosque de Hakuna Matata. Al llegar a su madriguera a lo lejos vio a Pumba como se hamacaba sobre las hojas de un bananero, y parado en sus dos patitas la suricata observaba a su amigo.
Y ese día Timón se dio cuenta que aunque ir a comer fresas al bosque era lo mismo para él y su amigo, cada uno lo miraba a su manera. Un mismo tema visto desde los ojos de Pumba, y otros diferentes, los de él. Entonces la suricata soltó lo que pensaba que tendría que haber pasado, su amigo había actuado diferente a lo que él esperaba y se sentó a comer unas fresas que había encontrado en el camino.
by Eliana