El León
Se había perdido de su grupo, hacia veinte días que llevaba caminando de un lado hacia otro, tenía hambre y sed, miedo de verse solo. A lo lejos vio un estanque de agua fresca, entonces corrió hacia el con todas sus fuerzas. Tenía sed y necesitaba tomar un poco de líquido, sin embargo al llegar a la orilla vio en el agua a un león sediento.
Entonces se retiró diciendo: "El estanque ya tiene dueño".
Esa noche se quedó cerca de allí, pero no se atrevía a ir de nuevo al estanque. Si aparecía el león que era dueño de ese lugar seguramente lo atacaría por meterse en su propiedad, y él no estaba en condiciones para enfrentarse a nadie.
Pasó un día y el sol quemaba, tenía tanta sed que el león decidió arriesgarse. Se acercó cautelosamente al estanque y al llegar a la orilla vio de nuevo al león pero no le importó, metió su cabeza para tomar el agua fresca. En ese momento el león desapareció, había estado viendo solo su reflejo.